En la fría primavera temprana, cuando la mayoría de los campos permanecen inactivos, las fresas y frambuesas de Hoch Orchard ya estallan con colores vibrantes y aromas tentadores. Esta maravilla agrícola no es magia, sino el resultado de una innovadora tecnología de túneles elevados que redefine las prácticas agrícolas tradicionales.
Ubicada en el noreste de los Estados Unidos, Hoch Orchard adoptó el cultivo en túneles elevados para abordar los patrones climáticos cada vez más impredecibles. El sistema emplea grandes túneles de plástico sin calefacción que crean microclimas controlados para cultivos de bayas sensibles.
En comparación con la agricultura tradicional a campo abierto, el sistema de túneles ofrece múltiples ventajas:
Si bien ambos sistemas brindan control ambiental, los túneles de Hoch Orchard difieren significativamente de los invernaderos tradicionales:
Invernaderos tradicionales típicamente cuentan con sistemas de calefacción, refrigeración y ventilación con plantas cultivadas en contenedores. Aunque precisos, estos sistemas exigen importantes aportes de energía y mayores costos operativos.
Túneles elevados se basan en la calefacción solar pasiva y la ventilación natural a través de paneles laterales ajustables. Las plantas crecen directamente en el suelo en lugar de en contenedores, manteniendo el desarrollo natural de las raíces y reduciendo el consumo de energía en aproximadamente un 80% en comparación con los invernaderos convencionales.
Hoch Orchard se asoció con Haygrove, una empresa de tecnología agrícola con sede en el Reino Unido, para implementar sus diseños de túneles patentados. Originalmente desarrolladas para el clima fresco y húmedo de Inglaterra, estas estructuras demostraron ser igualmente efectivas en las variables condiciones climáticas de Pensilvania.
La colaboración comenzó en 2009 con una plantación piloto en túneles de fresas y múltiples variedades de frambuesas. Los rendimientos iniciales resultaron lo suficientemente prometedores como para justificar la expansión, y en 2011 un segundo túnel albergó variedades adicionales de bayas y cerezos enanos experimentales.
Los resultados documentados de la implementación de Hoch Orchard incluyen:
A medida que aumenta la variabilidad climática, los expertos agrícolas predicen una adopción más amplia de sistemas de cultivo protegidos similares. El éxito de Hoch Orchard demuestra cómo las técnicas agrícolas innovadoras pueden abordar simultáneamente los desafíos de producción, las preocupaciones ambientales y las demandas del mercado de bayas de primera calidad.
La operación continúa refinando sus métodos, experimentando recientemente con el cultivo intercalado de vegetales entre plantas de bayas jóvenes para optimizar el uso de la tierra durante los años de establecimiento. Esta práctica proporciona fuentes de ingresos adicionales mientras las bayas maduran hasta alcanzar la plena productividad.